domingo, 2 de octubre de 2011



Sangre sabia, novela publicada en 1952, escrita por Flannery O`Connor, cuenta la historia de Hazel Motes, quien, tras servir en el ejército, regresa al evangélico y profundo sur de Estados Unidos. Allí empieza a librar una guerra privada contra la religiosidad de la comunidad y, en particular, contra Asa Hawkes, el predicador "ciego" y su degenerada hija quinceañera. Presa de su desesperación, Hazel encuentra su propia religión, "La Iglesia sin Cristo".

Sangre sabia, la película.
Adaptación de la novela homónima de la escritora sureña católica Flannery O'Connor. El director John Huston rodó el film con dos pequeñas productoras independientes, y contó con un sólido guión de Benedict Fitzgerald (que escribió para Mel Gibson La Pasión de Cristo) y Michael Fitzgerald.

El cineasta de origen irlandés logra capturar esa atmósfera tan especial de la cosmovisión de O'Connor, al narrar la historia de un pobre diablo de humilde condición en el Sur de los Estados Unidos, en el llamado "cinturón bíblico". Este joven, pobre y sin apenas cultura, marcado por una educación puritana muy estricta y recién licenciado en el ejército, está determinado a "comerse el mundo" ejerciendo de predicador; y para ello, nada mejor que fundar su propia iglesia sin Cristo. Detrás de unos personajes aparentemente excéntricos -el protagonista, el ciego y su seductora hija, el tarado que se disfraza de gorila, el embaucador profesional...-, por no decir grotescos, se esconde una profunda humanidad no exenta de flaquezas, al tiempo que se muestra que los caminos por los que actúa la gracia de Dios son misteriosos. (fuente: decine21.com)

Imprescindible la lectura de la novela, editada por Lumen en el volumen "Flannery O`Connor Novelas", que ha llegado a las librerías argentinas en agosto de este año. En el mismo volumen, otra novela, "Los violentos lo arrebatan", segunda y última escrita por O`Connor, da muestra de su lúcida y tormentosa, radical y sobrecogedora obra.
La película filmada por Huston, cuyo título se conoce aquí, lamentablemente, como "Un predicador direfente", es el complemento visual de la novela de O´Connor, muy recomendable.

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